El principal interés del libro es la contextualización que Florida hace de la crisis actual en relación a las otras dos grandes crisis del pasado más cercano: la Larga Depresión de 1873 y la Gran Depresión de 1929. Esta comparación de las causas y las consecuencias de estas tres crisis ocupa la primera parte del libro, donde abundan los detalles estadísticos y las referencias para entender qué papel jugaron en cada una de las dos crisis previas los avances tecnológicos, el desarrollo de las infraestructuras, la educación, el cambio demográfico y los nuevos patrones de consumo, tanto en la generación de las depresiones como, sobre todo, en la construcción de una salida a dichas recesiones. La tesis principal de este planteamiento es que, por ejemplo, en la crisis de finales del siglo XIX, New Jersey, Pittsburgh o Cleveland actuaron como economías urbanas y siendo los Silicon Valley de su tiempo y, junto al desarrollo tecnológico y las nuevas industrias (Edison, Westinghouse, Bell,...), fueron los pilares del primer gran reset. Para la crisis del 29, la salida se construyó sobre la base de un nuevo modelo de organización industrial y un sorprendente aumento -a pesar de la crisis- del esfuerzo en I+D, en laboratorios de investigación y aumento de trabajaos en el campo de la investigación, un nuevo modelo de vivienda (basado en el acceso en propiedad), un nuevo modelo de urbanización, un nuevo sistema de infraestructuras, etc. Para ambos casos, Florida toma además como referencia el concepto de resolución espacial de David Harvey, concepto que explicó hace tiempo cómo las superación de las crisis económicas requiere la generación de una nueva forma de organización urbana (nuevo modelo de desarrollo inmobiliario y una nueva estructura espacial). De esta manera, el factor geográfico adquiere protagonismo para entender las dos crisis históricas, con el nacimiento de las grandes ciudades industriales de finales del siglo XIX y el nacimiento de la cultura de la suburbanización periférica alejada del centro de las ciudades en la crisis de los años 30.
Estos elementos, planteados de forma muy resumida, son los que también podrían trasladarse a nuestra crisis actual para entender sus causas y, como se desarrolla después en el libro, las posibles salidas. ¿Estamos a las puertas de un nuevo modelo de ocupación urbana? ¿Cuál sería, en el caso actual, la resolución espacial que tomará esta crisis? Quizá hoy la gran diferencia sea la existencia de lo digital, que nos llevaría a otra discusión sobre hasta qué punto sigue siendo determinantes el espacio físico frente a la idea de un mundo plano. Posiblemente, sea el carácter global de la economía actual la gran diferencia. Por eso sea más acertado pensar que esa resolución espacial se está dando a nivel global y es en los países emergentes (China, India, Brasil,...) los donde está teniendo lugar esa resolución espacial que requiera la economía para salir de la crisis. Sin embargo, Florida plantea que en la crisis actual la vía de salida será el ascenso definitivo de las grandes megaregiones y la vuelta al centro de las ciudades.
Las bases de la recuperación vendrían a través de la construcción de una economía para el futuro (como fue el acero, por ejemplo, en la crisis del XIX) dejar de sostener las industrias del pasado (el sector inmobiliario y el sector financiero), la generación de un nuevo sistema de educación (el primer reset dio lugar a la extensión de la educación pública y el segundo reset a la educación superior), el desarrollo de una nueva red de infraestructuras en las que el tren de alta velocidad ocupe un lugar primordial y, por último, el favorecimiento de empleos en sectores creativos y la mejora de las condiciones de trabajo en el sector servicios. A ello añade una nueva perspectiva de los grandes proyectos urbanos como motores de regeneración urbana, proyectos que en el gran reset deberían dejar de tener sentido.
Las dos crisis históricas funcionaron, de hecho, como palancas para la reinvención de un nuevo modelo industrial y una nueva forma de ocupación de las ciudades. La crisis actual, y eso está por ver, es posible que sea el prólogo de algo parecido. La visión de Richard Florida está muy marcada por algunos de los planteamientos en libros previos -sobre los que ya hemos discutido aquí y se ha discutido mucho en general- y también por cierto sesgo en algunos de los datos en los que se apoya para ciertas afirmaciones (en particular, en este libro, sobre el nacimiento de una nueva cultura de consumo más frugal que es difícil de ver), pero aporta argumentos para entender el papel de la dinámica ciudades-nuevo modelo económico, una relación clave para entender el mundo actual.
Nota: puedes leer dos revisiones más detalladas del libro, una de Michel Adams y otra de Aaron Reen. Ambas merecen la pena
No hay comentarios :
Publicar un comentario