De todas las conferencias se han rescatado las más relevantes para editar este libro, lo que supone una gran recopilación de autores y temas relacionados con las megaciudades. El libro está estructurado en torno a cuatro elementos relacionados con las megaciudades: su definición, la identificación de sus características en términos económicos, sociales y ambientales, su organización (forma urbana, relación con las dinámicas económicas, el papel del planeamiento, la gobernanza urbana, etc.) y su diseño (el papel de los profesionales de la arquitectura, principalmente). A ello se añaden unos capítulos de análisis del contexto de las políticas urbanas en Holanda y, finalmente, un breve capítulo de conclusiones para una futura agenda urbana.
Detrás de esta estructura lógica lo que encontramos es una serie de nombres muy relevantes en el pensamiento urbano de los últimos años, la mayoría de los cuales ya han aparecido de una forma u otra en este blog a lo largo del tiempo. El capítulo de Peter Hall es el que se encarga de presentar el origen del término y otros más o menos relacionados (ciudades globales, ciudades de clase mundial, etc.) mientras que Saskia Sassen se encarga de presentar los resortes de la economía globalizada que han favorecido la posición hegemónica de las grandes ciudades. Edward Soja, otra de las figuras de referencia de la crítica urbana en el ámbito académico, representa una lectura alternativa al plantear uno de sus grandes empeños como es la necesidad de enmarcar en un contexto regional la lógica de las megaciudades.
El apartado de identificación de los elementos estructurantes de las megaciudades es más desequilibrado. Los capítulos relacionados con la dimensión económica son algo escasos (exceptuando a Peter Nijkamp, que en el artículo Megacities: lands of hope and glory hace un buen análisis de las diferentes perspectivas que tratan de explicar la importancia económica de las grandes ciudades), pero sí incluye al menos un capítulo relacionado con el papel de las infraestructuras en la producción urbana que merece la pena leer ahora que nos encontramos con tantas obras públicas fracasadas. En el capítulo de los aspectos ambientales, John Tackara se atreve a presentar algunas claves para un urbanismo de baja entropía, mientras que el dedicado a los aspectos sociales presenta a tres clásicos con sendos artículos ineludibles: Richard Sennett (Megacities and the Welfare State), David Harvey (Possible urban worlds) y Deyan Sudjic (Identity in the city). Sin duda, la parte del libro mejor cerrada.
David Harvey contribuye con dos aportaciones más (The spaces of utopia y On architects, bees and "species being"), y no faltan tampoco Erik Swyngedouw (con un artículo especialmente incisivo sobre los efectos de la política basada en grandes proyectos urbanos) y Richard Rogers, que hace también su contribución particular al papel de los arquitectos en el capítulo The fragmented city and the role of the architect.
No hay comentarios :
Publicar un comentario