miércoles, 11 de agosto de 2010

Libro. Governing for Sustainable Urban Development


Yvonne Rydin es profesora de planeamiento, medio ambiente y política pública en la Batlett School of Planning y ha publicado un nuevo libro, Governing for Sustainable Urban Development, centrado en algunos aspectos concretos de la gestión pública del desarrollo urbanístico de las ciudades, especialmente para el caso británico.
El libro se inicia con dos capítulos introductorios sobre un debate bastante típico  y que no añade grandes cosas sobre el concepto de desarrollo sostenible y las dimensiones de la sostenibilidad y cómo afectan estas a la agenda de la gestión urbana. Más interesante me ha resultado el capítulo Producing urban development, en el que la autora explica el cambio del modelo teórico lineal del desarrollo urbanístico al modelo actual, con más actores y más complejo (marcos regulatorios multi-nivel, modelos de financiación más complejos y un sector de la construcción en el que participan diferentes manos). El resto del libro también tiene algunos aspectos de interés, sobre todo para conocer mejor cómo ha ido definiéndose en el Reino Unido un sistema bastante complejo de regulaciones constructivas, de sistemas de incentivos económicos y fiscales y de utilización de etiquetas y certificaciones para mejorar la sostenibilidad de la producción de nuevos desarrollos urbanos.

Aunque el título del libro no lo avanza, la mayor parte de los contenidos están relacionados con las políticas de lucha contra el cambio climático en el sector de la construcción y en el diseño y planeamiento urbano. La preocupación por impulsar desarrollos urbanos cuyo funcionamiento demande una baja cantidad de energía y que lleve idealmente a formas urbanos de bajas emisiones de CO2 está detrás de la mayor parte de los cambios regulatorios que se describen, y también de los sistemas de certificación y evaluación energética de edificios como el BREEAM ((Building Research Establishment´s Environmental Assessment Method), REAP (Resource and Energy Analysis Programme). En general, la lectura deja la sensación de que los británicos están apostando fuerte por este tema y, de hecho, creo que llevan la delantera en muchos aspectos a la hora de definir un sistema que incentive los desarrollos urbanísticos neutros en carbono (zero-carbon developments), aunque aquí están encontrando dificultades para sistematizar normativamente qué significaría esta figura para así poder impulsar un sistema de incentivos fiscales. Así el Tesoro ya ha anunciado que su equivalente al impuesto de transmisiones patrimoniales acogería una exención para las viviendas que sean altamente eficientes a nivel energético, pero están teniendo dificultades para objetivar una definición que ofrezca suficiente seguridad jurídica. El desarrollo conocido como BedZED (Beddington Zero Energy Development, en Wallington, en el sur de Londres) se expone como ejemplo paradigmático de este tipo de desarrollos.
Igualmente hay espacio para el tema de las eco-ciudades y cómo se han promovido en el Reino Unido a través de un curioso sistema de concurso, sistema que repasamos por encima hace un tiempo en Por qué las ecociudaes no serán la solución:
En una importante polémica hace casi dos años (circunscrita al caso británico, pero de interés general), Simon Jenkins, periodista especializado en temas urbanos y arquitectónicos de The Guardian, señaló de forma clara dónde está el problema y escribió un artículo completo (Ecotowns are the greatest try-on in the history of property speculation) donde destaca una frase lapidaria: "Building new houses emits 4.5 times more carbon than rehabilitating old ones, new eco-towns are a big failure". Dermot Finch, director del Centre for Cities acudió unos días después con argumentos similares en Eco-towns are not the answer to climate change or housing needs e incluso el propio Richard Rogerseco-ciudades en el país. A pesar de esta polémica, finalmente a mediados de 2009 el gobierno británico apoyó la construcción de cuatro eco-towns, con la oposición, entre otros, del movimiento en defensa del territorio rural. intervino con una respuesta en el propio periódico, apoyando estos planteamientos críticos y sugiriendo a las autoridades abandonar la idea de apoyar la construcción de una serie de eco-ciudades en el país. A pesar de esta polémica, finalmente a mediados de 2009 el gobierno británico apoyó la construcción de cuatro eco-towns, con la oposición, entre otros, del movimiento en defensa del territorio rural.
El Eco-towns Programme fue lanzado en 2007 por el Department of Communities and Local Government invitando a enviar propuestas de nuevos desarrollos que cumplieran una serie de características básicas, se recibieron 57 propuestas, de las que 11 pasaron a una lista corta de la que salieron finalmente en 2009 los cuatro desarrollos que podrían acogerse al apoyo del programa en Whitehill-Bordon (Hampshire), Rackheath (Norfolk), northwest Bicester (Oxfordshire) y St. Austell (Cornwall), que deberán seguir unos criterios estrcitos para cumplir ahora con las condiciones.

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