En este tema, la principal tendencia de cambio parece ser el bike-sharing, sistemas públicos (o incluso privados, pensando, por ejemplo, en que sean los promotores y gestores de parques industriales los que los promuevan en sus espacios, o campus universitarios también) de alquiler de bicis mediante fórmulas más o menos complejas para darse de alta como usuario. Ahí hay ciudades en Europa que llevan tiempo ofreciéndolo y es una cultura instalada; el primero que conocí fue el de Viena y el que más he podido disfrutar es el sistema Vélib de París, pero se van implantando en otras ciudades con diferentes planteamientos:
- Modelo de negocio, desde los basados en la cobertura de gastos mediante la explotación del servicio a los puramente subvencionados y deficitarios, pasando por sistemas que generan ingresos extraordinarios en forma de soportes publicitarios en las propias bicicletas y en los parkings.
- Sistemas de gestión: concesión de servicio, subcontratación a entidades sin ánimo de lucro del sector social, prestación directa, etc.
- Fórmulas de relación con los usuarios: exigencia o no de darse de alta como usuario continuado, existencia o no de cuotas de entrada o fianzas para ser usuario, distintos niveles de información que es preciso aportar para pasar a ser usuario, nivel de responsabilidad del usuario en el uso de la bicicleta, conexión o no con servicios públicos mediante billetes integrados o mediante sistemas intermodales, etc.
- Orientación general del servicio: entendido como un servicio básicamente turístico, como un complemento para determinados trayectos, para el acceso a determinados espacios urbanos, como medio generalizado en toda la ciudad, pensadas para la movilidad urbana o pensadas a escala interurbana, etc.
- Tecnología utilizada: bicicletas estándar, eléctricas-híbridas o de pedaleo asistido, parkings con energía solar incorporada, las ebikes con baterías recargables, etc.
¿Qué supone esto de cambio en las ciudades? Por un lado, rompernos la cabeza para encajar bien en la trama urbana un nuevo elemento, los aparcamientos de bicis -tanto para los sistemas de sharing como para cualquier otro usuario individual de la bicicleta- que suponen una nueva presencia en la ciudad. Estos nuevos recursos requieren de soluciones de diseño que deben pensar en el usuario final para poder ser útiles, debiendo además ofrecer las condiciones propias del servicio en sí (seguridad, mantenimiento, diseño funcional y estético). Por otro lado, como reclaman desde hace tiempo los colectivos más activos en este tema, demandan formas diferentes de entender la vialidad urbana, desarrollando modelos de convivencia en condiciones de igualdad con otros medios de transporte y generando recorridos realistas y funcionales para que la bicicleta sea realmente una opción válida.
Cycling Friendly Cities
Foto del sistema Bicing en Barcelona tomada de la Wikipedia.
El bike-sharing es una tendencia urbana que promueve la movilidad sostenible. Reduciendo la congestión y la contaminación, este sistema de alquiler de bicicletas está transformando las ciudades hacia un futuro más saludable y ecológico.
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