lunes, 29 de junio de 2009

Rebajas por traslado: se acaba la fiesta en Dubai, nos vamos a Abu Dhabi

Ayer a la noche estuve viendo el reportaje de Callejeros viajeros sobre Dubai; sin más pretensiones y sin esperar un análisis de la realidad de esa irrealidad que el desagüe de los flujos internacionales de capital ha creado en esa orilla del Golfo Pérsico. Grandes edificios, vida lujosa, excentricidad y la promesa de que todo está a tu alcance. Miradas hacia arriba, muy arriba, hacia la planta final de Burj Dubai o cualquier otro rascacielos imponente. Y, eso sí, un poquito de mirada hacia abajo, hacia los barracones donde están escondidos los trabajadores indios y paquistaníes que están construyendo con su infierno el paraíso en la Tierra. No, no es demagogia, es la realidad. Pero es una realidad que conviene presentarla como aderezo, como anexo, como complemento. No vaya a ser que nos estropee la fiesta. Los videos del reportaje completo se pueden ver en Youtube.

Lo dice el Human Rights Watch: la Isla de la Felicidad construida por trabajadores explotados. Saadiyat Island, la nueva zona de expansión de Abu Dhabi (otro de los emiratos de los Emiratos Árabes Unidos) que acogerá el Guggenheim, el Louvre y demás proyectos pastiches. Un informe entero con investigaciones sobre las condiciones laborales de los trabajadores (en el reportaje de ayer era significativo cómo se generaba un silencio incómodo y una posterior "invitación" a no hacer preguntas de ese tipo cuando los reporteros preguntaban por los salarios), absolutamente indignas y con la complicidad, principalmente, de las compañías extranjeras que están invirtiendo allí, con nombres además tan prestigiosos y reconocidos en este lado del mundo. Por supuesto, las autoridades lo niegan completamente. Ese es el éxito de los EAU: dejar hacer, un marco de legalidad suficientemente estrecho para que la alegalidad domine:
"Estas instituciones internacionales necesitan demostrar que no tolerarán ni se beneficiarán de la explotación flagrante de estos trabajadores migrantes", dijo Sarah Leah Whitson, directora de la división de Medio Oriente y del Norte de África de Human Rights Watch. "Las vaguedad de las garantías que ellos han recibido por parte de sus socios del desarrollo son sustitutos huecos de los acuerdos contractuales firmes de que sus proyectos serán diferentes a la manera usual de hacer negocios en Abu Dabi".
También en el reportaje se sugería que la crisis empezaba a golpear a Dubai; hemos hablado de ello aquí, incluso sugiriendo que en Asia Central estarán las nuevas ciudades que sustituirán a Dubai como centro de inversión del capitalismo globalizado. Pero a corto plazo, parece que es Abu Dhabi la que ha tomado la delantera, con su distrito cultural en la ya mencionada Saadiyat Island y su Masdar City como promesa de ecosostenibilidad: Masdar city, the world´s first carbon-neutral, zero-waste city fully powered by renewable energy, casi nada. Como se sugiere en Abu Dhabi´s fortune favors the bold:
At a time when so many other mega-developments around the world have come to a sudden halt, Abu Dhabi has risen to a new level of global prominence simply by plunging shovels into the sand at Masdar and Saadiyat Island. And yet each project suggests that the character of the emirate's newfound ambition may lead it into a thicket of problems. Unlike Dubai's recent troubles, these are unlikely to be financial. Instead, they may begin to upset the careful balance Abu Dhabi has long maintained between growth and prudence.

It is one thing to try, as Dubai has, simply to expand at whatever headlong pace new investment will allow. It is quite another to link new initiatives with claims about cultural freedom and environmental justice. In essence, Abu Dhabi is attempting to carve out "free zones" for the arts and green development in the same way that Dubai has done for media companies and high-tech entrepreneurs.
Es lo que tenemos. Si en Dubai las cosas se ponen feas, el grifo empieza a cerrarse y las grúas a detenerse, nos vamos a todos a Abu Dhabi o a donde toque. Nos llevamos también a los trabajadores inmigrantes, a la prensa internacional para que hagan de testigos del paraíso terrenal y aquí paz y después gloria. Saldos por fin de temporada y traslado de negocio.

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4 comentarios :

  1. Pues sin Manu este es el modus operandi de cierto capitalismo. Lo que narras solo es "espectacular", pero a otras escalas se ve lo mismo en otros muchos lugares del planeta, algunos nada lejanos.

    Por cierto, la declaración del G 20 reconoce errores del capitalismo global financiero, pero del body shopping, dumping social y descuajeringue del derecho laboral nada de nada. Parece que esta parte del capitalismo no está "oificialmente" en crisis.

    Un saludo,

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  2. @leolo: hola Javier, tienes razón, no hace falta irse tan lejos. Le llamarán las disfunciones del sistema pero creo que, al contrario, este tipo de cosas son muy funcionales. Ya sabemos a estas alturas que por cada paraiso fiscal hay cine millones de infiernos humanos. Maddoff es un chivo expiatorio y la reinvención del capitalismo pues....espera...que es que me da la risa.

    Un saludo,

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  3. En callejeros los ricos se reían del índio que trabajaba en la construcción de más uno de los tantos rasgacielos de Dubai y que, supuestamente, no se bajaba de ahí hacía año y medio...
    En mi opinión, estamos rodeados de gente asquerosa que no conoce nada más allá que su ombligo.

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  4. @Glenda Dimuro: bienvenida a este pequeño rincón del mundo. Somos pocos pero hacemos mucho ruido poco a poco.

    Estoy contigo, algunas personas que salían en el reportaje estaban tan fuera de la realidad....una realidad que en el fondo sí conocían, pero que les implica nada más.

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