En el post anterior mencionaba algunos informes en los que Singapur aparece en posiciones avanzadas en diferentes clasificaciones y estudios. Una de esas clasificaciones apareció en las jornadas sobre Innovation Cities del Polo Garaia, donde volvieron a surgir las bondades del modelo de Singapur como referencia para otros aspirantes urbanos a liderar la liga de las ciudades globales. Concretamente, el informe MAKCi 2008 del World Capital Institute, que mide el capital de conocimiento de las ciudades (Jon Azúa, uno de los profesionales del jurado explica los grandes rasgos conceptuales), ha declarado por segundo año consecutivo a Singapur como la Most Admired Knowledge City, seguida de Bangalore, Manchester y Montreal. Para otorgarle el premio, se juzgó a la ciudad en los siguientes términos elogiosos:
Singapore's strategic, and mutually supportive, economic, HRD and training polices, are its most prominent capital. They have combined carefully targeted investment in their human resources with investment in physical capital and industries. This approach has led the city to sustained, high economic and income growth.
Singapore has been able to mould its national human resource policy to provide the needed skills for each phase of development. A standardized education system provided the science, maths, and technical education needed for the first import substitution phase, and fostered ethnic roots and values by focussing on basic literacy, domestic languages and English. The next, export-industrialization, phase attracted foreign investment by means of tax, profit repatriation and training policies. Local training institutions focused on technical skills, measures that were complemented by technology transfers from institutions in the advanced countries. Foreign corporations were provided finance and infrastructure to set up training programmes, resulting in a large increase in technical education. The country then moved into higher value-added production. Training subsidies and grants encouraged foreign companies to train their workers. Education reform that emphasized technical and vocational education was buttressed by expanding universities and polytechnics. Singapore’s knowledge city capital is largely its well qualified human capital.
¿Es realmente Singapur una ciudad deseable? ¿Es un modelo a perseguir o a admirar? ¿Es la aspiración a la que deberían mirar los esfuerzos de desarrollo local? ¿Es el futuro? No tengo muchos más elementos de juicio; de hecho, este post no pretende ser un juicio valorativo de una realidad que no conozco. Tan sólo unos apuntes descriptivos para intentar entender por qué su destino se ha separado de ciudades como Manila, Yakarta o Singapur y se ha unido más a ciudades como Seúl o Tokio. Pero sí me surgen unas primeras intuiciones que puedan estar detrás de su excepcionalidad como ciudad-Estado con rasgos muy particlares respecto a otras naciones de su entorno:
Singapore's strategic, and mutually supportive, economic, HRD and training polices, are its most prominent capital. They have combined carefully targeted investment in their human resources with investment in physical capital and industries. This approach has led the city to sustained, high economic and income growth.
Singapore has been able to mould its national human resource policy to provide the needed skills for each phase of development. A standardized education system provided the science, maths, and technical education needed for the first import substitution phase, and fostered ethnic roots and values by focussing on basic literacy, domestic languages and English. The next, export-industrialization, phase attracted foreign investment by means of tax, profit repatriation and training policies. Local training institutions focused on technical skills, measures that were complemented by technology transfers from institutions in the advanced countries. Foreign corporations were provided finance and infrastructure to set up training programmes, resulting in a large increase in technical education. The country then moved into higher value-added production. Training subsidies and grants encouraged foreign companies to train their workers. Education reform that emphasized technical and vocational education was buttressed by expanding universities and polytechnics. Singapore’s knowledge city capital is largely its well qualified human capital.
¿Es realmente Singapur una ciudad deseable? ¿Es un modelo a perseguir o a admirar? ¿Es la aspiración a la que deberían mirar los esfuerzos de desarrollo local? ¿Es el futuro? No tengo muchos más elementos de juicio; de hecho, este post no pretende ser un juicio valorativo de una realidad que no conozco. Tan sólo unos apuntes descriptivos para intentar entender por qué su destino se ha separado de ciudades como Manila, Yakarta o Singapur y se ha unido más a ciudades como Seúl o Tokio. Pero sí me surgen unas primeras intuiciones que puedan estar detrás de su excepcionalidad como ciudad-Estado con rasgos muy particlares respecto a otras naciones de su entorno:
- Ha sabido aprovechar la facilidad de gestionar un territorio reducido y, al contrario que otros mini Estados o ciudades-Estado (San Marino, Puerto Rico, Andorra, Macao...) se ha dedicado a construir un sistema productivo real en lugar de convertirse en un paraíso fiscal improductivo (aunque altamente beneficioso económicamente). Tiene las características territoriales de un micro-Estado pero el comportamiento económico de los paises de tamaño reducido pero de gran desarrollo económico.
- La diferencia que supone disponer de una población relativamente estable en términos demográficos (uno de los países con menor tasa de natalidad) y, al mismo tiempo, diversa culturalmente. Posiblemente, ha transformado su histórica posición como lugar de paso y de llegada de inmigrantes en una alta capacidad de acogida.
- Ha creado una especialización urbana basada en la modernidad, en la disponibilidad de tecnologías de la información (puesto 5 en el Global Information Technology Report)y una alta conectividad (puesto 9 en el Connectivity Scoreboard) con la economía global, lo que le ha permitido unas altas capacidades para competir en la nueva economía.
- Unido a lo anterior, es posible que haya sabido encontrar en su independencia un carácter y una identidad nacional, la imagen de marca, el marketing de ciudad del que tanto se habla en los últimos años (ciencia insondable para mí, por otra parte) está en la misma definición de la ciudad, al haberse constituido desde el principio como un lugar para hacer negocios más que para vivir, un lugar en el que invertir más que en un lugar para vivir. Posiblemente, en el imaginario tendremos todos a Singapur como un sitio, básicamente, para hacer negocios.
- Un autoritarismo light ha demostrado, como en otros casos, que es bueno para el capitalismo en situaciones determinadas. La estabilidad política –frente a la volatilidad de muchos regímenes vecinos- le ha podido dar estas décadas una continuidad política y, sobre todo, un alto atractivo para las inversiones extranjeras, en busca siempre de entornos fiables. En realidad, en 1993 Wired ya destacó en un polémico artículo, “Disneyland with the death penalty” que el sueño modernizante no es contradcitorio con unas ciertas dosis de censura conservadora.
- Profundizando un poco más, apuesto a que existen fuertes diferencias sociales; no sé si llegará a los extremos de Dubai, construida ladrillo a ladrillo a base de petrodólares y esclavismo del siglo XXI. Dudo que no encontremos ante la Arcadia feliz en la que no existen grandes riquezas apoyadas en grandes pobrezas. El índice Gini, que mide los desequilibrios en el ingreso económico, sitúa a Singapur en posiciones mucho más mediocres, significando que la pujanza económica no está tan bien distribuida socialmente.
- En un comentario al post de ayer, Marta B. sugería que la aparente juventud de sus dirigentes (no tengo datos de esto y sólo he encontrado una foto en la que sí aparecen ciertos ministros con cara juvenil pero me llama mucho más la atención que sean sólo hombres los miembros del gobierno) podría ser un reflejo de cierto espíritu de audacia o de espíritu de riesgo juvenil con gran valoración en el país. No lo sé; sería una hipótesis difícil de valorar desde aquí, aunque es cierto que Singapur vuelve a obtener resultados aceptables para ser una ciudad "descontextualizada" en este trabajo de aplicación del modelo GEM (Global Entrepreunership Monitor) a las ciudades globales, lo cual sí nos pone en la pista de una sociedad que podría estar volcada especialmente a los negocios, a asumir riesgos y a emprender. Este último punto, dicho con todas las cautelas.
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