- Comentarios al libro Bilbao y su doble; ya lo he leido y haré como con el libro de Barcelona.
- Espacios émicos, espacios fágicos y no-lugares: me meteré donde no me llaman, hablando sólo de oidas y quizá cruzándolo con aeropuestos, aparcamientos subterráneos y estaciones de autobús.
- Libros para navidades sobre urbanismo, arquitectura y demás temas urbanos.
- Tengo pendiente desde el seguimiento de los resultados electorales de Estados Unidos escribir algo sobre la distribución del voto urbano y el voto rural en España.
- Tengo algunos apuntes sobre Niemeyer; ya sabéis que soy un arquitector frustrado, así que mi conocimiento es escaso y puramente de aficionado, pero quiero ir de Brasilia a Avilés pasando por la idea de ciudades ex novo, tomando como excusa a Niemeyer.
- La ciudad como derecho o el derecho a la ciudad.
Ahora las "cosas que no haré". Cosas que tiene lo de no vivir en la ciudad tan odiada es que no podré asistir ni participar en el seminario que quiero anunciar en este post. De entrada, el título suena atractivo, en tiempos -dicen- de reinvención del capitalismo. Este seminario, Después del neoliberalismo: ciudades y caos sistémico, tendrá lugar en Barcelona, concretamente en el MACBA, los días 28 y 29 de noviembre, dirigido y moderado por Neil Smith, autor entre otros libros de Uneven development: nature, capital and production of space.
Utilizando la oportuna frase de Habermas sobre el modernismo, podríamos empezar considerando que hoy el neoliberalismo «ha muerto pero sigue vigente», y que ello tiene ciertas implicaciones en nuestra forma de entender el cambio y el proceso urbanos. La oposición antiglobalización que surgió a finales de la década de los noventa y principios del siglo XXI, la implosión de la innovación neoliberal que se inició con la crisis económica «asiática» de 1997 a 1999, el colapso económico en Argentina y finalmente la crisis en la zona central de Estados Unidos tras la recesión del 2007 y la consiguiente crisis financiera global son los signos del fracaso del neoliberalismo. En realidad, en los últimos años no han surgido nuevas ideas neoliberales; el proyecto se ha quedado estancado, ha perdido impulso, ha empezado a atrofiarse y, finalmente se ha estrellado. En el mejor de los casos, es tan solo un vestigio geográfico y programático de un proyecto anunciado hace más de 25 años. Sin embargo, el neoliberalismo ha dejado (y sigue dejando) a su paso una estela de destrucción, tanto en los barrios pobres de todo el mundo, como en el medio ambiente o entre los marginados por razón de clase, género o raza o por pertenecer a un pueblo indígena. ¿Qué repercusiones tiene para la ciudad la atrofia del neoliberalismo? Aunque la crisis de las ciudades neoliberales es evidente hoy, por ejemplo, en la crisis de las hipotecas subprime en los Estados Unidos, la consiguiente crisis financiera global y la nacionalización directa o indirecta de los bancos, la crisis causada por el neoliberalismo es más ostensible en la geografía social global de las ciudades, desde São Paulo hasta Shangai, desde el Raval de Barcelona hasta los barrios bajos de Lagos. Los proyectos de desplazamiento urbano masivo de China son quizá las actuaciones pioneras de este cambio, pero hay muchos y variados ejemplos. El predominio de esta lógica neoliberal en la planificación y el desarrollo urbanos es una garantía de más empobrecimiento para muchos. Sin embargo, para otros, la ciudad neoliberal es un filón de opulencia, que quizá donde mejor se expresa es en la globalización del proceso de gentrificación. La falta de una alternativa general a un neoliberalismo atrofiado, junto a la creciente oposición, apunta a un futuro caótico de neoliberalismo resistente entremezclado con intentos de opciones alternativas y oposición frontal. Este seminario examinará la apariencia, la forma y los procesos de la ciudad «después del neoliberalismo» y atravesará los contornos del caos y la reconstrucción que ayudan a rehacer el espacio urbano. Nos centraremos en varias ciudades concretas, utilizando sus experiencias de neoliberalismo urbano –en su prevalencia y su atrofia–, así como en lo que puede aportarnos el futuro de la ciudad.
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