La imagen vas a tener que agrandarla para ver bien el detalle (y, aún así, me temo que tendrás que matar la curiosidad dejándote los ojos), pero es interesante. compartida originalmente en el blog Jane Moses y Robert Jacobs, es un intento de identificar diferentes elementos que forman parte de la realidad física y tangible de una calle: papeleras, iluminación, pavimento, señales de tráfico, etc., con el detalle de su coste. Esto último es irrelevante en su detalle individual, pero la suma de todas las cifras da una información general sobre los costes asociados a la urbanización completa de las calles.
Si a esta complejidad económica le unimos la complejidad institucional sobre las diferentes áreas administrativas que influyen sobre el diseño de una calle y, sobre todo, las diferentes áreas municipales, el lío se complica aún más. La imagen de abajo (de nuevo, puedes ampliarla aquí) es un intento de determinar gr´gráficamente las agencias y departamentos responsables de diferentes secciones y elementos de una calle cualquiera, en un modelo desarrollado por Human Husein a partir de la estructura del departamento de transporte de Nueva York, tanto en las fases de planeamiento y diseño como en las de gestión de permisos y mantenimiento.
Esto es interesante sobre todo cuando percibo que las ideas y soluciones para hackear diferentes elementos urbanos y para acometer formas de intervención en la calle más sencillas económicamente se enfrentan a un muro más infranqueable que los presupuestos públicos: la compartimentalización de las competencias municipales, más si cabe cuando pasamos de los aspectos puramente materiales como los que plantean estas dos imágenes y pensamos en los usos finales de las intervenciones (culturales, ocio y consumo, actividades cívicas, etc.). Entonces aparecen más áreas aún. A los departamentos de urbanismo, obras públicas, mantenimiento, tráfico, seguridad ciudadana, medio ambiente,..., añadimos casi el resto de departamentos: sanidad, cultura, bienestar social,...Entonces empieza la selva de permisos. Ayuntamientos como el de Viena (y también otros en Estados Unidos, aunque con un planteamiento un poco diferente) han avanzado en la institucionalización de áreas más o menos formales dedicadas a centralizar y resolver en una sola solicitud, las iniciativas de usos adaptativos, transitorios, tácticos,...del espacio público y de espacios en desuso. En la necesaria flexibilización de ciertas normativas y procedimientos que hacen falta a la hora de promover intervenciones que aumenten la capacidad de usar y transformar el espacio urbano para adaptarlo a necesidades o inquietudes nuevas, los mecanismos institucionales también pueden ayudar a ello.
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