Hace poco más de un año analicé en el blog los movimientos del entonces reciente nuevo gobierno británico en cuanto a su apuesta por desarrollar en Londres un hub de base tecnológica (Silicon Roundabout solía llamarse entonces; hoy, con el proyecto más avanzado, suele denominarse East London Tech City). Puedes ver el avance de la apuesta londinense por su cluster tecnológico a través de un impresionante mapa, Tech City Map, sobre el que podemos acceder a la distribución espacial de las empresas de bases tecnológica situadas en Londres y, en particular, en esta zona de la ciudad (más de 600 empresas situadas, así como las relaciones entre ellas). Estos días ha estado David Cameron por allí. Entonces sirvió de excusa para hablar sobre el cambio de modelo productivo (¿se acuerdan?) y contar para ello con las capacidades que las ciudades pueden movilizar. También sirvió para apuntar algunas cosas sobre la dificultad de aspirar a ser el nuevo Silicon Valley (Don´t try this at home, afortunada expresión de Margaret O´Mara) Pasado el tiempo, las cosas están como están y hemos seguido perdiendo el tiempo y el tren del desarrollo de un nuevo modelo competitivo. Hoy encuentro algo de tiempo para compartir unas notas sobre otra realidad tan sugerente pero, posiblemente, más alejada de nuestra realidad de lo que nos gustaría.
Por eso es posible volver a ver otro mapa de alta densidad de empresas que están hoy funcionando en la ciudad de la costa Este. Es un mapa (Technology Footprint: Starting Up in Nueva York) que muestra tan sólo la actividad emprendedora en Manhattan, pero es suficiente para darnos cuenta de que Nueva York es hoy otro punto caliente en la economía de internet. Son sólo las más de 400 empresas que en los últimos dos años han levantado financiación de inversores privados para desarrollar sus negocios. Gran parte de ellas se han localizado en zonas de Manhattan donde aún hay espacio de oficinas a un alquiler asequible y que disponen además de un animado ambiente social. Twitter, Facebook, Tumblr, Google, Foursquare, Kickstarter son las empresas más emblemáticas. De las desconocidas, algunas de ellas posiblemente nos lleguen a sonar dentro de poco. Se trata de un movimiento más significativo de lo que parece también en materia de urbanismo y de cómo se entiende el papel de los centros de las ciudades. En una tendencia por la que apuesta Richard Florida en su último libro, El gran reset, pero que algunos autores más propensos a seguir defendiendo el modelo de urban sprawl discuten, el centro de las ciudades vuelve a recuperar atractivo y grandes empresas están empezando a recuperar su localización en los centros urbanos.
Son sólo unas notas para documentar dos procesos de renovación de la estructura económica de dos grandes capitales del mundo. Por tanto, alejadas en buena medida de la realidad más cercana. Pero ambos casos tienen valor porque nos dan pistas sobre una nueva forma de entender el papel de la base tecnológica del tejido empresarial en una ciudad para seguir generando actividad económica. La cuestión en saber, una vez más, qué estamos buscando nosotros. Si a Nueva York ya no le vale con todos esos sectores en los que ha sido líder las últimas décadas, más vale que nos pongamos pronto a buscar alternativas. Y ya llevamos varios años de crisis perdidos.
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