Como os comenté, la semana pasada inauguramos en Naider una iniciativa de las varias que llevamos algunos meses preparando. Sobre una de ellas tengo pendiente hablar, pero lo haré en los próximos días cuando esté todo ya en la cuenta atrás. Por ahora, simplemente, que sepáis que viene, que viene....
El Naider Topagunea es una válvula de escape y de expresión, un lugar y un tiempo que queremos cuidar para abrir temas más allá de las paredes que ocupan la oficina física. Quisimos empezar por un tema, el de devolver la naturaleza a la ciudad, por empezar por alguno y porque en torno a él estamos desarrollando algunas cosas. Pero, sobre todo, para empezar en fase beta. Vendrán otros temas, quizá más interesantes, más amplios, o más concretos, más de temática tecnológica o sobre innovación, quizá sobre cambio climático o sobre las formas de activación de la ciudad como espacio público,....veremos.
Más que hacer teoría, como iba a ser la primera de las tres exposiciones previstas, me limité a presentar algunos ejemplos concretos de cómo, a través de la vegetación y la ampliación de la capa verde de la trama urbana, se pueden convertir pequeños espacios urbanos en áreas de socialización que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos y que aportan beneficios en una tríplice dimensión: medioambiental, económica y sociológica. En Toronto, Nueva York, Madrid, Londres y París la cubierta vegetal florece en azoteas, fechadas y medianeras (sobre estos dos últimos elementos me basé en los proyectos de Patrick Blanc). Crecen jardines verticales y huertas comunitarias y son cada vez más frecuentes iniciativas ciudadanas de guerrilla gardening o los Park(ing) days. Devolver la naturaleza a la ciudad tiene a que ver no solo con la dimensión micro sino que pasa también por intervenciones macro de regeneración urbana. Entre ellas la reconversión de antiguas líneas de ferrocarril en jardines como en el caso del NewYork High Line, uno de los proyectos para mí más interesante por cuanto tiene de implicación comunitaria y de respuesta de abajo arriba a la solución de espacios urbanos abandonados y recuperados para el uso público.
En fin, os dejo el material que utilicé.
En Euskadi+innova, Laura Fernández también ha recogido su crónica de la sesión. También con posterioridad, he encontrado este reciente post de Federico García Barba sobre Granjas urbanas, uno de los aspectos que mencioné en la exposición.
Dejo también un vídeo de ARUP que el otro día al final no puede poner y que sirve de buena ilustración:
El Naider Topagunea es una válvula de escape y de expresión, un lugar y un tiempo que queremos cuidar para abrir temas más allá de las paredes que ocupan la oficina física. Quisimos empezar por un tema, el de devolver la naturaleza a la ciudad, por empezar por alguno y porque en torno a él estamos desarrollando algunas cosas. Pero, sobre todo, para empezar en fase beta. Vendrán otros temas, quizá más interesantes, más amplios, o más concretos, más de temática tecnológica o sobre innovación, quizá sobre cambio climático o sobre las formas de activación de la ciudad como espacio público,....veremos.
Más que hacer teoría, como iba a ser la primera de las tres exposiciones previstas, me limité a presentar algunos ejemplos concretos de cómo, a través de la vegetación y la ampliación de la capa verde de la trama urbana, se pueden convertir pequeños espacios urbanos en áreas de socialización que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos y que aportan beneficios en una tríplice dimensión: medioambiental, económica y sociológica. En Toronto, Nueva York, Madrid, Londres y París la cubierta vegetal florece en azoteas, fechadas y medianeras (sobre estos dos últimos elementos me basé en los proyectos de Patrick Blanc). Crecen jardines verticales y huertas comunitarias y son cada vez más frecuentes iniciativas ciudadanas de guerrilla gardening o los Park(ing) days. Devolver la naturaleza a la ciudad tiene a que ver no solo con la dimensión micro sino que pasa también por intervenciones macro de regeneración urbana. Entre ellas la reconversión de antiguas líneas de ferrocarril en jardines como en el caso del NewYork High Line, uno de los proyectos para mí más interesante por cuanto tiene de implicación comunitaria y de respuesta de abajo arriba a la solución de espacios urbanos abandonados y recuperados para el uso público.
En fin, os dejo el material que utilicé.
En Euskadi+innova, Laura Fernández también ha recogido su crónica de la sesión. También con posterioridad, he encontrado este reciente post de Federico García Barba sobre Granjas urbanas, uno de los aspectos que mencioné en la exposición.
Dejo también un vídeo de ARUP que el otro día al final no puede poner y que sirve de buena ilustración:
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